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La floración en
los viñedos: un deleite
para los sentidos
La floración en los viñedos: un deleite para los sentidos
Las viñas de Bodega Eslava se han llenado de flores blancas
que anuncian la llegada del verano
Las viñas de Bodega Eslava se han llenado de flores blancas que anuncian la llegada del verano
La floración es una etapa crucial en el ciclo de vida de la vid, ya que marca el comienzo de la producción de la uva. Este fenómeno natural, que ocurre normalmente entre mayo y junio, es un espectáculo digno de ver que combina belleza visual y fragancias embriagadoras. En este artículo, te contamos el proceso de floración en los viñedos, su importancia para la producción de vino y cómo afecta el resultado final de la cosecha.
Como ya vimos en el post sobre las añadas de los vinos, las condiciones climáticas desempeñan un papel crucial a lo largo de todo el ciclo vegetativo de la planta. Durante las semanas previas a la llegada del verano, las temperaturas cálidas, pero no excesivas, favorecen una floración exitosa, mientras que el frío tardío o las lluvias intensas podrían tener efectos negativos en las plantas. Esto se debe a que las bajas temperaturas pueden dañar los órganos reproductivos de las flores, impidiendo la formación adecuada de los futuros racimos de uvas.
Por otro lado, las lluvias excesivas a estas alturas pueden afectar a la polinización y a la posterior fertilización de las flores. Como es lógico, la polinización es un elemento clave durante la floración en los viñedos: cuando la flor es polinizada, a los 10-12 días se produce el cuajado, y el fruto se empieza a formar. Los insectos, como las abejas, juegan un papel fundamental durante este proceso al transferir el polen de los estambres a los pistilos, permitiendo la fertilización y formación de las uvas. Por eso, un clima estable es esencial para asegurar una cosecha exitosa.
El encanto visual y olfativo de la etapa de floración
Durante estas semanas, los viñedos se convierten en un espectáculo visual. Los racimos de flores blancas cubren las vides, dando lugar a unas vistas dignas de contemplar y de oler, ya que desprenden un aroma que impregna el aire y atrae a polinizadores y visitantes por igual.
Más allá de ser todo un espectáculo para los sentidos, como hemos visto, la floración es una etapa fundamental en el desarrollo de la uva y, por lo tanto, tiene un impacto directo en la producción de vino. La fertilización exitosa de las flores asegura una mayor cantidad de uvas disponibles para la cosecha. Si el clima durante la floración es favorable y la polinización ocurre de manera óptima, esto se traduce en racimos más abundantes y de mejor calidad.
Teniendo en cuenta esto, podemos anunciar que ¡la evolución de la uva en las viñas de Bodega Eslava va por buen camino!