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TODO SOBRE BODEGA ESLAVA
La poda de la vid: un nuevo comienzo para los viñedos de Bodega Eslava
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La poda de la vid: un nuevo comienzo para los viñedos de Bodega Eslava
Uno de los momentos cruciales del proceso de cuidado de nuestros viñedos, distribuidos por distintos parajes de Eslava, es la poda que se lleva a cabo en invierno, una práctica milenaria que sigue siendo esencial en la actualidad para garantizar el éxito de la futura cosecha.
La poda de viñedos se realiza durante el período de reposo invernal, también conocido como ‘dormancia’, cuando la vid ha perdido todas sus hojas y ha entrado en un estado de reposo vegetativo. Es entonces cuando los viticultores tienen libertad para dar forma a la planta sin interferir en su ciclo de crecimiento activo.
Objetivos de la poda: calidad sobre cantidad
La poda tiene varios objetivos clave que afectan directamente a la calidad de las uvas y, por tanto, al vino que se producirá con ellas. Uno de los objetivos más importantes es controlar el crecimiento excesivo de la vid, eliminando parte de la madera vieja y estimulando el desarrollo de brotes nuevos y sanos. Esto no solo mejora la calidad de la uva, sino que también facilita la circulación del aire y la luz, reduciendo el riesgo de enfermedades fúngicas (daños causados por una serie de hongos que afectan a la madera de la cepa) y mejorando la maduración de los racimos.
Además, la poda contribuye a limitar el rendimiento de la planta, lo que significa que la vid produce menos racimos, pero de mayor calidad. Esta práctica ayuda a concentrar los nutrientes en un número menor de uvas, logrando una maduración más uniforme y un sabor más intenso en los frutos.
Técnicas de poda
La poda de viñedos implica una serie de decisiones que varían según la variedad de uva, las condiciones del suelo y el clima. Entre las técnicas más comunes se encuentran la poda de formación, la poda de mantenimiento y la poda de renovación.
La poda de formación establece la estructura básica de la planta en sus primeros años de vida, mientras que la poda de mantenimiento se ocupa de mantener esa estructura y estimular el crecimiento adecuado de los brotes. La poda de renovación, por otro lado, se realiza en maderas más viejas, eliminando secciones que ya no son productivas y permitiendo que surjan nuevas y vigorosas.
Partes de la vid
1. Las raíces son la base de la vid. Además de aportar estabilidad, absorben agua y nutrientes del suelo*, esenciales para el crecimiento y desarrollo de la planta.
*El suelo saso de nuestro terruño es un suelo profundo y pobre de tierra arenosa en sus primeros centímetros. Después, pasa a una textura pedregosa de arenisca que las raíces de la vid son capaces de atravesar para absorber el agua que las capas más profundas de las margas pueden retener.
2. El tallo o tronco de la vid es la estructura vertical que se eleva desde el suelo. A lo largo de los años, se vuelve leñoso y adquiere nudos y surcos, revelando la historia del crecimiento de la planta.
3. Las hojas son grandes, palmadas y generalmente están divididas en varios lóbulos. Las hojas desempeñan un papel fundamental con la fotosíntesis, además de influir también en la transpiración, la liberación de vapor de agua, ayudando a regular la temperatura de la planta.
4. Los sarmientos son brotes nuevos que crecen desde el tallo principal y llevan hojas y racimos de uvas. Son flexibles y se retuercen alrededor de estructuras de soporte, como alambres, en el sistema de conducción de la vid.
5. Las yemas son pequeños puntos de crecimiento en los sarmientos y en el tronco que dan origen a nuevos brotes, hojas y racimos de uvas.
Estas partes de la vid trabajan en armonía para dar vida a la planta: desde las raíces que buscan nutrientes hasta los racimos de uvas que se convierten en vino, cada parte desempeña un papel vital en el ciclo de vida de la vid.